Al margen de las melodías y del sentido literal de la obra El encanto: melodías que resuenan, es irresisitible encontrar el valor místico que ahí se esconde. Lleva al lector a encontrar, en la obra, el testimonio vivo de la fe de la beata Berenice. El hecho de que la autora, como afro que es, bebiese de la oralidad como legado ancestral le otorga al texto una extraordinaria riqueza en la dimensión espiritual. En efecto, se trata de una oración hecha poesía y una poesía hecha oración al unísono. Todo lo anterior, gracias a la apropiación carismática de la autora de la obra.






